Ya disponible el Samsung Galaxy S25 Ultra: bienvenidos a la era de los ‘IA-phones’

samsung galaxy s25

Llegó el momento. Este es uno de los análisis más importantes del año, y es que el Samsung Galaxy S25 Ultra aspira a ser la máxima referencia en el mundo Android. Es el principal rival natural del iPhone 16 Pro Max, manteniendo una filosofía continuista clara: si algo funcionaba y gustaba al usuario, mejor no tocarlo.

Este ha sido un año de refinamiento, de trabajar sobre la sólida base de un Galaxy S24 Ultra que convencía, para acabar trayendo al mercado un teléfono que hará las delicias de los que quieran lo mejor de lo mejor en la gama alta. Si estás interesado en este referente toma asiento, porque hay mucha tela para cortar.

Diseño: las curvas están en retirada

He tenido en mis manos los tres modelos, un trío de Galaxy S25 que evoluciona sin llegar a revolucionar. Ésta es una de las claves del análisis, no en vano nuestro protagonista es casi calcado al Samsung Galaxy S24 que analicé el año pasado; sin que se separe en exceso del Samsung Galaxy S23 que que analizó mi compañero Alex en 2023. Pese a dicha continuidad, creo que los cambios introducidos este año en diseño no le sientan demasiado bien.

Samsung ha decidido tallar de manera más abrupta los ángulos este año. Esto hace que los tres móviles casi corten en su esquinas, una sensación que hace muy incomodo su agarre. Es menos patente en el Samsung Galaxy S25 debido a su ancho más reducido, pero no por ello deja de notarse. Bajo mi opinión, hacer tan rectos los cantos disminuye en gran medida la ergonomía del teléfono; sin que por ello se pierdan las cuatro esquinas redondeadas, aquí sí hay curvas.

Los bordes tan rectos del Samsung Galaxy S25 se marcan en la mano durante el agarre; lo cual disminuye mucho su comodidad

La trasera del Samsung Galaxy S25 no contribuye al agarre, ya que hace que el teléfono se resbale en la mano. Dado que lo más habitual es usar una funda, este inconveniente termina diluyéndose, igual que los cantos rectos. Es un móvil hecho para usar con funda, y no sólo por una mera cuestión de protección.

Frontal muy bien aprovechado con una pantalla que cubre casi toda la superficie, el agujero para la cámara frontal es el habitual en Samsung, colocación adecuada de los botones en el lado derecho y borde inferior en el que se aloja la bandeja de doble nano SIM junto al USB C. El móvil es compatible con una eSIM y no tiene expansión de memoria.

De construcción muy sólida, materiales de excelente calidad y el acabado premium que acostumbran a tener los Samsung de gama alta, el Galaxy S25 hace gala de protección Gorilla Glass Victus 2 y posee certificación IP68. Ningún problema en términos de resistencia.

Pantalla: si ya era buena, no la toques

Si en líneas generales Samsung es continuista con el hardware de este año, en lo que respecta a la pantalla esto queda bien patente: panel AMOLED LTPO con brillo pico de 2,600 nits que alcanza los 120 Hz con un refresco adaptativo que va desde esa cifra hasta 1 Hz. Es una pantalla que se disfruta con todo tipo de contenidos. Y que aprovecha un poco más el frontal, una diferencia mínima que es de agradecer.

En lo personal, estoy más que contento con las 6,2 pulgadas, para mí es la diagonal perfecta para encontrar el equilibrio entre tamaño del teléfono y usabilidad. Con una fidelidad de colores, riqueza de matices, contraste y nitidez que se mantienen al máximo. Dado el tamaño de la pantalla, el FHD+ no le sienta mal, aunque tampoco le haría ascos a la resolución 2K. Pese al incremento de consumo.

La pantalla del Samsung Galaxy S25 tiene una densidad de píxeles de 416 ppp

En exteriores se ve perfectamente, Samsung ajusta muy bien el brillo automático del teléfono, se adapta a la iluminación del ambiente y en mínimos no deslumbra en exceso (siempre puede reducirse con el extra atenuado, en los ajustes rápidos).

Samsung ofrece diversas herramientas de personalización de la pantalla, incluidas las mejoras para la visualización nocturna. En términos de temperatura de color, el modo ‘Natural’ me parece el que mejor partido le saca al panel. En la opción de ‘Intenso’ One UI admite ajuste de balance de blancos avanzado.

El sensor de huellas se sitúa bajo la pantalla y continúa siendo de tipo ultrasónico. He apreciado una mejora con respecto a anteriores generaciones, especialmente en la precisión de la lectura y en la autenticación. No me hizo falta preocuparme en exceso de la posición de la huella, el escáner es bastante eficaz incluso inclinando el dedo.

Sonido: música para tus oídos

Samsung dedica especial mimo al apartado del audio en sus teléfonos, no me sorprendió constatar que en el S25 se repite el máximo nivel. En todos los apartados, tanto sin como con cable: escuchar música en el teléfono, o ver contenido audiovisual, es una delicia.

Ni está el conector de auriculares ni se le espera, sí que ofrece el habitual audio digital a través del puerto USB C (sin audio analógico, hace falta un DAC externo). Muy buen sonido en general, gran nivel de personalización, buen realce de bajos y suficiente potencia para la mayoría de usuarios. Quizá estaría bien un extra.

Con mis auriculares Bluetooth me encontré igualmente a gusto: aparte de la calidad del audio, que depende en buena medida del códec con el que se empareje a los auriculares (Samsung incluye una selección amplia, incluidos los códecs de menor compresión), el Samsung Galaxy S25 es compatible con sonido espacial y ofrece distintas herramientas de realce auditivo, como la mejora de los diálogos en las películas. Es compatible con Audi Hi-Fi.

Con información de Xataka